Nos despertó el viento, que golpeaba todo con furia y gritaba como los protagonistas de las películas de terror.
La escalera
Con esta misma escalera de mano, mi abuelo, ya entrado en años, se subía al techo para sacar hojas secas.
La caída
Estábamos en una terraza adornada con farolitos de colores. De pronto, un golpe, un estruendo.
El barbijo
Ponerme un barbijo para salir de casa... ¿qué tan difícil puede ser?