En todos los mapas nos pasa lo mismo.
Señalamos con un dedo,
como en aquella pintura de Miguel Ángel.
Y no.
No hay modo de bajar a esas tierras,
de meternos en esas aguas.
Apenas somos un dios lejano y errante
en un cielo sin pájaros.
20 de noviembre de 2022
Dejá un comentario