Humo


Desperté con un fuerte olor a quemado.
¿Es el bosque que ha viajado hasta aquí?
¿Son los esteros?
¿Han venido a pedirle un poco de agua
a esta ciudad mezquina junto al río?

El diario habla de lugares afectados.
Tales ciudades, tales provincias.
Pero falta el sujeto en todas las oraciones.
Falta el carpinterito asustado.
Faltan el nido caído,
el carpincho y el yacaré apretados en un mismo charco.
Falta todo lo verde, lo que come, lo que duerme.
Faltan las patas desesperadas.
Faltan sus ojitos, sus crías y cada uno de sus nombres.

El diario habla de hectáreas y de dólares perdidos.
El relato no habla de la tragedia del centímetro,
de la araña calcinada y su tela consumida,
del brote totalmente ennegrecido,
de la trabajadora hormiga cuyo cadáver
nadie va a buscar.

Desperté con un fuerte olor a quemado.
¿Es el bosque que ha viajado hasta aquí?
¿Son los esteros?
La ceniza entra en mi dormitorio
como un recuerdo. Fluye por toda la casa,
es un río oscuro que huele a miedo
y no deja dormir.

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